Vi 'La más draga' por primera vez y esta es mi opinión

La más draga temporada 3

La más draga es un muy atractivo despliegue de talento, creatividad y fantasía drag; lástima que es televisión mal hecha que no le hace justicia a las participantes.

Después de que Twitter explotara con la polémica del blackface en la tercera temporada me dije a mí mismo que tenía que ver el programa para entender el contexto. Debo confesar que no soy un gran seguidor de la cultura o escena drag, tal vez por prejuicios personales u homofobia interiorizada que estoy poco a poco quitándome. Cuando he intentado ver Ru Paul's Drag Race no me atrapa, sin embargo ahora con LMD ha sido diferente: he seguido los episodios, hablado de mis favoritas con otra gente y genuinamente estoy curioso por saber quién ganará en la final de mañana. Por este motivo quiero escribir y expresar lo que pienso, tanto lo bueno como malo.

Por fin entendí lo atractivo del drag

La ´mas draga 3 suertuda
Me encanta ver este despliegue de talento

Las queens feminosas son el alma del programa y gracias a ellas esto se ha convertido en todo un fenómeno, sobre esto no hay debate. Al verlas competir en las pasarelas algo hizo clic en mi cerebro: entendí el infinito potencial creativo del drag y su valor tanto artístico como de entretenimiento. Me encantó la diversidad de propuestas de vestuario y de performance, en particular las ideas Yayoi, Aviesc Who? y Mista Boo, quienes desde el principio se diferenciaban por su originalidad.

Tal vez lo que hace más interesante a LMD que a Drag Race (para mí) es que me identifico más con los participantes; resuena en mí lo que escucho cuando cuentan sus historias o problemas personales, lo que han batallado para ser ellxs mismxs en un país como México. Es admirable la seguridad y dedicación a su arte que muestran en cada capítulo—sobre todo quienes hacen drag sin que sepa su familia—, y eso me parece muy inspirador. Pero menos inspiradores son los tropiezos y controversias que han acompañado al programa semana tras semana.

La producción deja demasiado qué desear

Estoy consciente de que LMD se trata de una producción web independiente y que hay un gran trabajo detrás de ella para que llegue a nuestras pantallas, pero eso no lo exenta de la crítica: honestamente se ve muy amateur para estar en su tercera temporada. Aunque no tenga el presupuesto de un gran estudio, no hay razón para no haber corregido ya algunas de sus más grandes fallas de planeación y edición; el principal error es que simplemente es aburrido. Algunos episodios duran más de una hora y media—¡eso dura una película!—sin embargo el contenido no es lo suficientemente interesante para justificarlo. Entre Johnny Carmona, Pepe & Teo y Karla Díaz no había una figura fuerte que como conductor propiciara una convivencia interesante o creara un storytelling fuerte.

Todo lo que ocurría anterior a las pasarelas era excesivamente tedioso y repetitivo. Parece que la producción se toma en serio la primera palabra de reality show y solo dejó correr la cámara a ver qué pasaba, en vez de tener una guía o dirección de lo que debía pasar en cada episodio. Todos sabemos que este tipo de shows no son 100% reales y necesitan de aunque sea un esbozo de guion para mantenernos atentos. Al introducir nuevos temas podrían tener conversaciones más sustanciosas sobre el proceso creativo de cada una, o si van a hablar de problemas personales hacerlo de una forma más enfocada y clara para quienes carecemos de contexto, como lo de Mista Boo siendo vergüenza nacional, lo cual tuve que investigar para saber de qué hablaban.

La más draga Chespirito
¿La más Chapulina?

Aunque la pasarela es el momento más importante del programa, también puede tornarse muy monótona; literalmente sueño con Dinerita de Yari Mejía de tantas veces que escuché la canción. La repetición de looks—¿oooootro Chapulín Colorado?— es inadmisible y debería haberse detectado desde mucho antes de grabar para conservar el factor sorpresa.

Los criterios para determinar quién es una drag 360 nunca me quedaron claros; parecía que a cada queen muñequita de carne y hueso se le calificaba de manera arbitraria: a veces el vestuario era importante y en otras ocasiones no; primero dicen que lo importante era ver un personaje, pero luego hacer una imitación de otro era alabado. Algunos jueces invitados no conocían la evolución de cada participante o a veces ni siquiera eran tan conocedorxs del drag, pero tenían mayor peso para decidir quién se iba. Esto no tiene nada de sentido y quien pierde son lxs participantes y la audiencia.

Las controversias innecesarias se apoderaron del programa

La más draga Aviesc Who?
Blackface involuntario
La más Draga 3 Regina Bronx
Personajes racistas
La más draga 3 Madison
Narco divertido

Después del incidente de blackface yo seguía enganchado capítulo tras capítulo para enterarme de las nuevas controversias involuntarias. No dudo que esto sea genial para el engagement en redes sociales, pero a veces parecía que la competencia quedaba en segundo plano, incluso dentro del programa como cuando looks extravagantes o actitudes del jurado robaban la atención de las evaluaciones.

Lo políticamente correcto, o lo woke, era algo muy inconsistente; por momentos parecía que quería hacerse algo muy positivo: mencionaban que ser perra o liosa ya había pasado de moda, también que la intención era llevar el drag al siguiente nivel. Señalar el personaje de la India María como racista, aunque pienso que sí lo es, resulta muy incongruente cuando también hay apropiación cultural, personajes clasistas o, peor aún, el tema del narco sin ningún tipo de autocrítica o reflexión.

Entonces, ¿sí debe importarnos ser correctos o no? Detalles como este o la insistencia en evitar anglicismos o utilizar un mal implementado lenguaje inclusivo solo creaban más inconformidad innecesaria, al grado de que hay incluso peticiones para cambiar el jurado.


La más draga tweet
Uno de los productores evidenciando su gusto por las controversias

 El drag mexicano merece más

A pesar de sus tropiezos La más draga se ha convertido en un fenómeno en México y otros países; esto habla de verdadero talento y de una escena drag en evolución con mayor aceptación popular, así como de una audiencia deseosa de consumir este tipo de contenido nacional. Estoy seguro que hacer un programa de este tipo no es nada fácil, y debe reconocerse que ya estén por concluir una tercera temporada; pero ahora el público merece mayor compromiso, planeación, seriedad y profesionalidad. 

La producción debe aceptar la crítica constructiva porque finalmente todos ganarán si mejora la calidad del programa, e incluso podría llegar a un público más amplio que solo gente LGBTQ+. Y con algunos nuevos shows drag en español en el horizonte, si no se ponen las pilas pueden verse opacados rápidamente por la competencia.

Comentarios

Entradas populares