'Veneno': una historia preciosa

Serie Veneno
— ¿Es bonita mi vida?
— Es preciosa.
Tan solo recordar este último intercambio de palabras entre la Veneno y Valeria me provoca un nudo en la garganta y mis ojos se nublan de lágrimas. La española Cristina Ortiz "la Veneno" no es una celebridad particularmente conocida en México, pero su bio-serie está tan bien lograda que siento que, tras haber visto los ocho capítulos, entiendo la relevancia, importancia y necesidad de ver historias de personas trans contadas tan dignamente en pantalla. 
 
La fallecida Veneno fue una trabajadora sexual y vedette trans muy polémica que alcanzó fama nacional en España después de ser descubierta por un late night show en los 90 y convertirse en una de las primeras mujeres trans con amplia y constante presencia en pantalla, pero siempre con cierto grado de abuso de parte de los medios por explotar los aspectos más sensacionalistas de su vida privada durante una época donde lo "políticamente correcto" era muy diferente a hoy en día. Veneno está basada en el libro ¡Digo! Ni puta ni santa: las memorias de la Veneno, escrito por Valeria Vegas, quien también es un personaje dentro de la historia. 

La serie de los Javis (como se le apoda al dúo de realizadores) no intenta endulzar la vida de la protagonista; la Veneno vivió una vida muy, muy dura y las partes más dolorosas se muestran en pantalla a veces con demasiado detalle, pero siempre debajo del escándalo y el shock value se percibe un ser humano con dignidad y fortaleza, que es lo que la ha llevado a ser considerada una figura culturalmente transgresora y que abrió las puertas a la diversidad sexo-genérica en los medios españoles. El viaje de Joselito a Cristina Ortiz a Veneno es fascinante e inspirador, a veces literalmente luchando hasta la muerte para sobrevivir al rechazo de una sociedad y una familia ultra-conservadora, incapaz de aceptar la diversidad humana. Igualmente fascinante es que son cinco actores distintos quienes interpretan al personaje (tres de ellas mujeres trans), que hacen un excelente trabajo para crear la ilusión de ser la misma persona en distintas etapas de la vida.

Valeria, interpretada excepcionalmente por Lola Rodríguez, sería la contraparte de la Veneno y el segundo personaje de mayor importancia. De ella también somos espectadores de su proceso de transición, pero en una época más reciente y con un verdadero apoyo familiar. Vegas aporta el marco narrativo de la serie: el proceso de escribir el libro de memorias de Cristina. Esto ayuda a que los capítulos no sean un simple orden cronológico de eventos, sino un recuento ágil, variado, con meta-comentarios que agregan profundidad a los eventos y a veces incluso con un poco de fantasía. La decisión de darle suficiente tiempo en pantalla a Valeria es muy acertada, pues crea un contraste generacional que se nutre mutuamente, donde ambas generaciones aprenden una de otra. La amistad entre estas dos mujeres aporta una luz muy necesaria ante la oscuridad, a veces muy abrumadora.

Otro personaje que alumbra la pantalla es Paca "La Piraña", interpretada por ella misma, quien es la mejor amiga de la Veneno y cuyo timing cómico es impecable. Su humor y ligereza son el complemento perfecto para no morir en depresión por las tragedias de Cristina. Además de Paca, brevemente conocemos a otros coloridos personajes LGBT+ que ayudan a contextualizar la situación de vida de esta comunidad a través del tiempo y refrescantemente evitan que la representación recaiga solamente en un par de ellos, como en otras series más convencionales, permitiendo a los personajes ser naturalmente tridimensionales.

Estética y visualmente, Veneno es de una calidad impecable, comparable con cualquier serie de Hollywood o Netflix. Hay incluso algunos momentos muy inspirados, como el infinitamente conmovedor baile generacional del penúltimo episodio donde vemos todas las facetas de Joselito-Cristina bailar en la pista después de la presentación del libro de Vegas. La recreación de segmentos televisivos es muy fidedigna también—los originales pueden ser vistos en Youtube—, se nota el gran compromiso y amor de la producción por crear un homenaje digno de una celebridad tan incomprendida en su momento pero eventualmente tan inspiradora para mucha gente. El único detalle que no me fascinó fue la música, que por momentos parece música de stock de video motivacional. Hay una elección de canción en el último episodio, durante un momento trágico, que me parece tan distractora que te saca del momento. También, sobre todo en los primeros episodios, hay algunos diálogos muy didácticos, aunque puede ser que estén pensados para a un público cis-hetero o no familiarizados con los temas presentados. De todas maneras estos detalles negativos son pocos y no afectan para nada la rebosante calidad presente en guion, actuaciones, dirección, vestuarios, ambientación, fotografía y demás.

Veneno es una joya de serie, una carta de amor a un personaje incomprendido que a final de cuentas buscaba lo que todos en esta vida: el amor y aceptación de los demás. ¿Tomó malas decisiones? Definitivamente. ¿Era una persona perfecta? Para nada. ¿Su historia merecía ser contada? Claro que sí. Todas las historias son bellas cuando se cuentan con el corazón, y la historia de Cristina Ortiz es honesta y triste, pero también inspiradora y preciosa.

[La serie puede ser vista legalmente en ARTESPlayer, el siguiente año en HBO o sino usen Google *guiño guiño*]

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